En el 63 a.C Pompeyo conquista la región y se convierte en tierra del Imperio Romano, en donde el imperio asomeo se reparte en Galilea, Samaria y Judea. Alrededor del 40 a.C el senado romano nombra a Herodes el Grande como rey de los judíos, dándole facultades y privilegios pero no independencia absoluta, durante su reinado aparece Juan el bautista y Jesús de Nazaret, y en el año 26 d.C fue nombrado Poncio Pilatos gobernador de Judea, durante su mandato, hasta el 36 d.C es decapitado Juan el bautista y se produce la crucifixión de Jesús.

 

En el 66 d.C, Vespasiano, general del ejército romano se hace sucesor de Nerón, emperador de Roma, y su hijo, Tito Livio, queda a cargo de la toma de Jerusalén.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En el 70 d.C Tito logra tomarse Jerusalén y con ello destruye el segundo Templo, dejando solo en pie lo que se conoce como “el muro de los lamentos”, desde entonces, no hay datos que den con el paradero del Arca de la Alianza resguardada en el templo, y tampoco del Menorah del templo.

 

Los judíos sobrevivientes  se ubicaron en Masada, una fortaleza del rey Herodes, y alrededor del 73 d.C, y ante la opresión romana con campamentos ubicados al sur del monte donde se encontraban los judíos.

Al cabo de 3 años, los romanos logran escalar Masada y se dan cuenta que los judíos decidieron cometer un suicidio colectivo para no volver a ser esclavizados, según los escritos del historiador judío Flavio Josefo (Matatías), testigo de la rebelión.