David, es el segundo rey de Israel, sucesor de Saúl, perteneciente a la familia de Isaí de la tribu de Judá.

El profeta Samuel, por mandato de Dios, viaja a Belén para escoger al nuevo rey que debía estar entre la familia de Isaí, el cual tenía 8 hijos y David era el menor, por ser el menor, no se consideraba que el fuera el indicado para suceder el trono, pero Dios lo escoge a él y de esa manera seria consagrado rey de Israel, sucesor de Saúl.

 

Una vez ungido, David es nombrado músico para la corte del rey Saúl,  en ese entonces, Israel estaba en guerra con los filisteos, y había un gigante, llamado Goliat, David preocupado por defender sus rebaños de los ataques de los gigantes, se dispuso como aquel que vencería a Goliat. Y así fue, lo derrota tirándole una piedra en la frente, y cuando cae, aprovecha y le corta la cabeza.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

De esa forma se gana la confianza de los criados y de la gente del pueblo de Israel, incluyendo la amistad de Johanatan, y el amor de Mical, ambos hijos del rey Saúl, este, celoso, manda a capturar a David, lo que lo obliga a huir hacia el desierto con 200 hombres del ejército del rey.

 

Más tarde, David se hace rey de Judá, en una batalla contra el rey Saúl en Hebrón. Allí muere Saúl y su hijo Jonathan y David se convierte en rey de Judá. Años más tarde, logro conquistar Jerusalén y unifico las 12 tribus, siendo así rey de Israel con Jerusalén como capital. Dios hace un pacto con David, “Su descendencia nunca se extinguirá”

El pecado de David fue, que se enamoró de la esposa de Urías, uno de sus comandantes de guerra, así que lo mando a matar para quedarse con Betsabe. Como castigo, el hijo de Betsabe moriría 7 días después de nacer. Pasado un tiempo, Betsabe queda embarazada de nuevo y nace Salomón, tercer rey de Israel.